martes, 18 de abril de 2017

Ommicron 2017

La pasada semana se celebraron en Zalla las jornadas Omicrón, organizadas por la Asociación Bilbaina de Actividades Culturales y Ocio, o ABACO. Cuatro días, 24 horas sin parar de juegos de mesa, roles de mesa, roles en vivo, wargames... todo lo que pudieses imaginar, ahí estaba, listo para ser disfrutado en compañía de buenos amigos.

El Miercoles por la noche empezó la aventura para la organización. Traslado de material desde Bilbo, montaje del mobiliario, comprobación de bases de datos... digamos que no fue algo que se hiciese solo por arte de magia. Aun así, gracias a la dedicación de varios miembros, para cuando se dio el pistoletazo de salida el Jueves, todo estaba listo. Poco a poco, de forma escalonada, la gente fue apareciendo, tanto los que se disponían a pernoctar allí (de forma gratuita, por supuesto) como los que solo iban a ir ese día.





Algunas actividades se realizaron con total normalidad, mientras que otras, por desgracia, no se llenaron del todo. No obstante, otras llamaron tanto la atención que incluso duplicaron la cantidad máxima de inscritos (por poner un ejemplo, la partida de terror de Fragmentos del Jueves noche dirigida por Jon Heras, fue una de las que sufrió este boom de inscritos). Pero, por supuesto, no fue solo ABACO quien estuvo al pie del cañón.

Otras muchas asociaciones, cuyos nombres no puedo enlistar porque ocuparía más que la propia entrada, estuvieron con nosotros llevando actividades, ayudando en la ludoteca y/o vendiendo distintos tipos de merchandising a los asistentes. Una gran muestra de colaboración para conseguir que las Omicrón fuesen lo más mágicas y perfectas posibles para quienes se desplazasen hasta allí.



Lamentablemente no pude estar todos los días, debido a una mezcla de compromisos previos con plaga de dragones en la zona de dormitorios, pero los tres dias, casi cuatro, que estuve allí, me lo pasé en grande tanto desde la posición de colaborador como de la de asistente. Así que espero que se celebren muchas más Omicrón, y que yo esté allí para verlo.

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